El Inbal Recordará Trayectoria Del Muralista Antonio González Orozco

En colaboración con el INAH, 18 de agosto a las 12:00 horas, en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec.

By: Aug. 15, 2022
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El Inbal Recordará Trayectoria Del Muralista Antonio González Orozco

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Artes Visuales, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), rendirán homenaje al muralista chihuahuense Antonio González Orozco en el marco de las conmemoraciones por los 100 años del Muralismo Mexicano.

El homenaje se llevará a cabo el 18 de agosto a las 12:00 horas, en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, contará con la participación de Guillermina Guadarrama, del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas; de la directora del Museo Mural Diego Rivera, Marisol Argüelles San Millán; del arquitecto Manuel Gamio y con la moderación de la coordinadora nacional de Artes Visuales, Mariana Munguía Matute, y del director del Museo Nacional de Historia, Salvador Rueda Smithers, quienes abordarán los aspectos más importantes de la obra de este artista.

González Orozco, originario de Chihuahua, fue muralista, escultor, pintor y grabador perteneciente a una de las últimas generaciones de la Escuela Mexicana de Pintura, movimiento que utiliza el espacio público para dar mensajes sociales y de memoria histórica como parte del patrimonio cultural del pueblo de México, valores con los que el artista siempre tuvo afinidad.

Su primer contacto con la pintura -y en específico con el muralismo- aconteció cuando su padre lo contactó con el maestro Leandro Carreón, quien acogió al joven González Orozco como aprendiz a principios de 1950. A los 20 años el artista emigró a la Ciudad de México para ingresar en la Academia de San Carlos (1953 a 1957). En este lugar conoció a Diego Rivera, donde sería su alumno en su último año de estudios.

Tras terminar sus estudios en la Academia regresó a su estado natal, donde impartió clases en la Universidad de Chihuahua. En 1961 volvió a la Ciudad de México para instalarse definitivamente como restaurador del Castillo de Chapultepec, actividad que intercaló con su actividad artística; ahí realizó dos cuadros: Retrato de Joaquín de la Cantolla y Rico y Fusilamiento de Agustín de Iturbide, las cuales se exhiben en el Sala Siglo XIX. También dos murales de su autoría lucen en la Sala de los Carruajes Históricos, el primero de ellos el mural oficial del Centenario de la restauración de la República: Entrada Triunfal de Benito Juárez a la Ciudad de México (1967) y el segundo, Juárez, símbolo de la República contra la intervención francesa (1972), mural oficial del Centenario del fallecimiento de Benito Juárez.

Esta última es una de las obras más emblemáticas que se hayan realizado hasta ahora sobre Benito Juárez, símbolo social e histórico de México como país soberano. Tan solo esta imagen fue reproducida más de 44 millones de veces durante los 17 años que figuró como portada del libro de historia de quinto grado de educación básica, de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), entre 1992 y 2009, además de 851 mil carteles, 95 millones de separadores y 27 y medio millones de ejemplares para la biografía Juárez, el republicano.

Aparte de su obra mural y escultórica, Antonio González Orozco cuenta con un amplio e interesante trabajo como pintor y grabador, formatos en los que desarrolló representaciones de alto impacto sobre la vida cotidiana de los mexicanos de la clase popular, obras que se enmarcan en el realismo poético, al igual que el grueso de su cuerpo pictórico.

Fuera de México, su obra ha sido presentada en países como Canadá, Estados Unidos, Polonia, Rumania y Nueva Zelanda. El Museo Nacional de la Estampa, de la Red de Museos Inbal, resguarda la pieza Niño con coco (1987), serigrafía a color que forma parte del acervo de este recinto.

 


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